Capítulo 7º.

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Te encontrabas sentada en la cafetería, hoy Andy no había venido, ayer te dijo que tenía “asuntos pendientes”... seguro que se trataba de matar...

De repente alguien te tocó el hombro, cuando te diste la vuelta, pudiste observar que era Christian.

-Hola -Sonrió.

-Hola...

Christian se sentó a tu lado y te besó en la mejilla.

-Perdoname por lo del otro día... -Dijo.

Tu sonreíste y lo abrazaste.

-No te preocupes... -Dijiste.

-Te tengo que enseñar algo -Te cogió de la mano y salieron de la universidad, te llevó al bosque que estaba cerca de la universidad, allí no iba casi nadie.

-_______(tn) ¿Sabes por qué te protejo tanto? -Te miró serio.

-¿porque eres mi amigo? -Te encogiste de hombros.

Christian se subió la camiseta y dejó ver que en su vientre tenía tatuado un crucifijo gigante, al igual que Andy.

-Soy tu ángel _____(tn)... -Me dijo.

-No puede ser... 

-Si... desde siempre... -Se acercó a ti.

-Pero Christian... -Tu también te acercaste a él.

-Yo... -Christian te cogió de la barbilla y te besó dulcemente en los labios, tu lo empujaste por el pecho y lo separaste de ti.

-¡Yo estoy con Andy! ¡el es mi demonio! -Te limpiaste la boca.

-Exacto... -Dijo la voz de Andy que apareció detrás de ti, cuando te diste la vuelta lo encontraste sentado en la rama de un árbol, rápidamente llegó hasta Christian, y sin previo aviso, lo cogió del cuello y lo tiró contra un árbol.

-¡No! -Gritaste tu mientras agarrabas a Andy por el pecho. -No lo hagas, Andy... es mi amigo... 

-Así aprenderá... a no meterse con lo que no es suyo... -Dijo Andy serio.

-¡Pagaras por esto, demonio! -Dijo Christian y se marchó entre los árboles, tu abrazaste a Andy y él te besó lentamente en la boca.

-Bien echo, pequeña -Te sonrió y te volvió a besar.

-Solo dije la verdad, eres MI demonio y de nadie más... -Le sonreíste.

Andy sonrió ampliamente.

-Será  mejor que volvamos... -Te cogió de la mano.

-¿A donde fuiste? -Le preguntaste.

-A matar a ángeles -Se rascó la nuca.

-¿No es peligroso eso? -Lo miraste con el entrecejo fruncido.

-Son muy fuertes... -Susurró.

-¿Te hicieron daño? -Le preguntaste abrazándolo.

-No, tranquila, les corté el cuello en cuanto llegué -Rió.

-¿En serio? -Abriste los ojos como platos.

-¡Claro! -Exclamó divertido.

-¡Que horrible! -Pusiste cara de asco.

-¡¡No!! ¡es bastante divertido! ¡Tengo ganas de arrancarle la cabeza a Christian! -Rió de nuevo.

-¡Ni lo sueñes! -Gritaste.

-Lo sé... no lo he matado por ti...

-Gracias, cariño -Sonreíste.

-De nada, pequeña -te besó la frente y entraron a la universidad.